domingo, 28 de octubre de 2012

Mi madre, ese ser. Parte V

Mi madre siempre consigue sorprenderme. A veces es una mujer moderna y progre con un pensamiento muy avanzado respecto a su generación, y otras se convierte en un ser rancio y carca que no sé muy bien de dónde sale. El otro día sin venir a cuento me dice:

"Yo es que no soy evolucionista"

"¿QUUUUUEÉÉÉ? ¿CÓMO? ¿Cómo que NO ERES evolucionista? ¡Es como si me dices que no eres heliocentrista! ¡No se elige, es que es así! ¿Aún andamos con ésas?"

"Que no, hija, que no. (Muy ofendida) ¡¡¡Que yo no vengo de ningún mono!!!"

A-LU-CI-NAN-TE. Mi madre es una cavernícola.

jueves, 25 de octubre de 2012

Madre, ese ser. Parte IV

En época de exámenes, no era raro que a alguna de mis hermanas le diera la típica crisis de: "Dios mío, ¡no puedo! ¡Voy a suspender!¡Es demasiado temario! ¡No me da tiempo! ¡Es imposible! ¡IMPOSIBLE! ". 

Mi madre, comprensiva como la que más, nos animaba con tesón: "Hija, no todo el mundo vale para estudiar. Esto es así. ¡Déjalo!"

Ahora, cuando se lo recordamos y le decimos que en su curso CCC de "Psicología para hijos" la estafaron vilmente, ella nos mira con desdén y dice: "Hijas, no seáis malas (táctica 1 de madre: la mejor defensa es un buen ataque. Haz que se sientan culpables y olviden que la mala se supone que eres tú) ¡Lo hice lo mejor que pude! (... con el material que me tocó en suerte. ¡Bastante conseguí de vosotras teniendo en cuenta cómo eráis!)

PS: No os dejéis engañar por mi maldad. Mi madre es una tipa estupenda, ¡sólo hay que ver lo geniales que han salido sus hijas!


viernes, 19 de octubre de 2012

Qué lista soy

Y a pesar de saber que no es buena idea, continúo escuchando conversaciones ajenas...

Chica hablando por el móvil: acabo de salir de la consulta.... 

(Oh, ¡esto suena a drama! Voy a escuchar atentamente a ver si puedo alimentar mi hipocondría con alguna enfermedad horrible y mortal... ¡Ojalá cuente los síntomas con todo detalle!)

Chica hablando por el móvil: Por cierto, ¡es un profesional buenísimo! ¡BUENÍSIMO! No como el otro... (Claro, ella debe de ser médico, y con UNA visita y sin haber seguido el tratamiento, sea el que sea, reconoce PERFECTAMENTE si es un buen profesional o no. Lo que no entiendo es para qué va al médico si ella ya sabe lo que le pasa y cómo solucionarlo, la verdad.)

Chica hablando por el móvil: sí, sí, muy bien. Me ha dicho que el dolor del codo es normal, y que si no se me pasa, vuelva dentro de un mes. ¡Y que hice ESTUPENDAMENTE en no ponerme el cabestrillo!.

Y tanto que es un buen profesional. El tipo le dice  que el dolor es normal y que se aguante, que no puede hacer nada. Que si no se le pasa que vuelva, y ya si eso mira a ver (¿a ver qué? ¿si es ALGO? ¿por qué no lo mira ahora?).

No le ha solucionado NADA pero ¡le ha dado la razón! ¡Le ha dicho que ha hecho FENOMENAL al no ponerse el cabestrillo! Y ella, claro está, SABE que el que se equivocaba era el otro, no como éste, que es un gran profesional básicamente porque le dice lo que ella quiere oír. ¡Viva el autoengaño!

PS: obviamente, si se cura es gracias a no ponerse el cabestrillo. Y si no se cura... "¡menos mal que no me puse el cabestrillo! ¡Imagínate cómo estaría ahora! "

miércoles, 10 de octubre de 2012

BILIS

Pues sí, ya no tengo ninguna duda. Parece ser que el hijo de mis jefes se va a venir TODAS las (puñeteras) tardes al estudio. A ver, que yo lo entiendo, es que a las 7 tiene fútbol, y claro, no merece la pena llevárselo a casa, sobre todo teniendo en cuenta que su bendita madre no trabaja por la tarde. Pobrecita, mejores cosas tendrá ella que hacer que soportar a SUS hijos, y más si los puedo aguantar yo, QUE ESTOY CURRANDO. Qué egoista soy. ¿Qué más da? Si es normal, en todas las empresas serias de este país se hace, todo el mundo se lleva a los críos al trabajo. Esto es así. Las oficinas están LLENAS de chavales saltando y dando por culo todo lo que quieren y más. Porque pobre chaval, estar con el culo quieto en la silla durante más de cinco minutos es tortura.

Pero vamos, que muy bien, porque fíjate tú qué distinta sería la cosa si el estudio no fuera diáfano y pudiéramos encerrar al monstruito en un cuartucho (sin luz y ventilación, a ser posible), se perdería la gracia del asunto. Mucho mejor así, que lo oigamos y lo veamos pulular bien todos, no vaya a ser que trabaje alguien.

Estoy TAN contenta. Esto sí es conciliación laboral y no esas chuminadas que hacen por ahí. ¿Para qué ocupar tus preciosas tardes libres cuidando de tu hijo si se lo puedes encasquetar a tus trabajadores? ¿No les pagas? ¡Pues eso! ¡Su deber es hacer todo lo que tú quieras! Eso implica trabajar, cuidar al niño, limpiar el estudio y donar uno o dos riñones. Y si no, te vas al paro. ¡¡¡Ahhhh, no, espera!!! ¡Que eres autónoma! ¡No tienes derecho a paro! ¡Pues haber elegido muerte!

jueves, 4 de octubre de 2012

Aprendiendo del amor. Parte V

Hace muchos, muchos años, cuando aún era una joven estudiante (sexi) recibí una llamada telefónica....

Yo: ¿Sí?
Desconocido: Errr... hola, soy Gunter
Yo: (¿Gunter? ¿Quién narices es Gunter?) Ah, hola (Un poco seca, la verdad, a la expectativa...)
El tal Gunter: Sí, de la universidad

En la universidad había una mayoría aplastante de chicos. Mi grupo de coleguis (jo, qué moderna sigo siendo, ¡molo!) eran casi todos varones (que a mí me parecía muy correcto, la verdad) y además era un grupo ENORME. 

Hice memoria y recordé a un chico que salía con nosotros, pero que JAMÁS me había hablado. Ni tan siquiera creía haber tenido una conversación en grupo en la que él participara. Él estaba ahí, a lo lejos, en la sombra, pasando completamente desapercibido. 

Yo bastante asombrada: ahh, sí, sí, ¡Gunter, claro! (como si le conociera de toda la vida) ¿Eres amigo de Fulanito, verdad?

Gunter, mi nuevo más mejor amigo: sí. Quizás te sorprenda que te llame....

Qué va, qué va. Esta mañana estaba yo pensando: seguro que hoy me llama Gunter, ese chico al que creo que ni siquiera me han presentado formalmente.

Yo con mi amabilidad usual: un poco sí, ¿quién te ha dado mi teléfono? (jijjijii ahí, interrogando en plan nazi. ¡Soy toda amor!)

Gunter: Se lo he pedido a Menganito. Al principio no me lo quería dar, porque tenía miedo de que te enfadaras (¡Soy un ogro devora niños!) , pero al final lo convencí

Yo: pero... pero... ¿y quién le ha dado mi teléfono a Menganito? (¡Así soy yo! ¡Centrándome en lo importante de la llamada en cuestión!)

Gunter: No sé. Pero bueno, querrás saber por qué te llamaba (¿o no? ¿tía loca?)

Yo: sí,sí,claro. Dime (Nota mental: recordar decirle a Menganito que haga el favor de no dar mi teléfono por ahí)

A Gunter empieza a temblarle la voz. Mogollón.

Gunter: sí, bueno... es que yo....

Se nota que está histérico. Y pasándolo fatal. Tras muchos titubeos se lanza en plancha y dice del tirón...

Gunter a punto de darle un infarto : es que me he enterado de que te cambias de carrera y como casi no nos conocemos he pensado que podíamos quedar para conocernos mejor (el pobre vuelve a respirar de nuevo)

Yo entro en pánico. ¿Qué? ¿Cómo? ¿Por qué me pasan a mí estas cosas? ¡Vaya marrón! ¿Y ahora que le digo yo al pobre?

Yo sudando: errrrr.... vale...sí...sí...claaaaaro... podemos quedar pero es que.... es que...
Yo mintiendo descaradamente: es que me voy de vacaciones justo mañana (qué casualidad) Pero no te preocupes, déjame tu teléfono y cuando vuelva ya si eso te llamo (o no).

Apunté el teléfono en un folio: Gunter 938***724. Y el maldito folio estuvo persiguiéndome TODO EL VERANO. Hiciera lo que hiciera, aparecía el dichoso folio (Gunter 938***724), mirándome (Gunter 938***724), acechando (Gunter 938***724), haciéndome sentir culpable (Gunter 938***724).

Cuando acabó el verano, pensé en llamar. Y me dije: "si llamo tendré que quedar con él. No voy a llamar para decirle que paso de quedar" "y si quedo con él, se hará ilusiones. Y en realidad a mí ese chico no me interesa nada" "Creo que lo mejor PARA ÉL (¡qué generosa soy! ¡siempre pensando en los demás! ¡Viva el autoengaño!) es que no lo llame" Y eso hice.

Lo sé, lo sé. Ahora pensaréis que soy una arpía sin corazón. Pero no es así: ¡la víctima soy yo! ¡Yo soy übertímida! ¡No me quedó más remedio! ¡Fue en defensa propia!