martes, 19 de marzo de 2013

París. Torre Eiffel.

NOTA: Para subir a la torre Eiffel hay que coger dos ascensores: el primero (de pago) te sube hasta una planta intermedia, y el segundo (GRATIS) te lleva hasta la última planta.

Goethita y sus intrépidas amigas deciden subir andando hasta la planta intermedia (para ahorrarse el dinero del primer ascensor) y coger sólo el segundo (no sé si he comentado que el segundo ¡¡ES GRATIS!! ¡¡YUJU!!). A pesar de la indudable astucia del plan, Goethita desconfía: la pobre tiene vértigo y esto está muy alto. Sus peores temores se ven confirmados al constatar que las escaleras son de rejilla y sin tabica (¡¡¡MIERRRDA!!!). A Goethita no le hace NI P*T* GRACIA el temita, pero no hay nada que hacer, la inquebrantable amistad de sus amigas acaba en cuanto oyen la palabra "pagar" (¡¡RACANAZAS!! ¡¡MALAS AMIGAS!! ¡¡QUERÉIS MATARME!!). Por fortuna los hados deciden ayudar a nuestra bella protagonista, y para que no pase calor, generan un viento del carajo que hace que tiemble toda la maldita torre (¡¡GRACIAS, MAJOS!! Voy a morir).

Tras una subida del infierno en la que Goethita casi arranca la barandilla de cuajo de lo fuerte que se agarra a ella, alcanzan al fin la ansiada meta. Mientras Goethita intenta recuperar el dominio de sus piernas temblonas, sus amigas ejercen de españolas: ven una cola y se lanzan como si no hubiera un mañana. Las tres cogen por un pelo el ascensor que lleva a la cumbre...

Goethita: ¿"alguien" ha comprobado que éste es el ascensor de subida y no el de bajada?

Justo en ese momento el ascensor empieza a bajar....... ¡¡¡NOOOO!!!

Goethita (con un "ligero" enfado): ¡Por Cástor y Pólux! ¡Vamos a tener que subir OTRA VEZ! ¡ME NIEGO! ¡Mi pobre corazón no lo resistirá! ¡Son tropocientos escalones! ¡Miles! ¡Millones! ¡No puedo! ¡NO PUEDO!

Goethita: ¡Esto nos pasa por RATAS! ¡Somos LO PEOR! ¡Por ahorrarnos cuatro duros! ¡Casi la palmo y ahora bajamos! ¡BAJAMOS!

Amiga 1: ¿Y si se lo intentamos explicar al señor? (el señor es el ascensorista)

Goethita: ¡si ninguna habla francés!

Amiga 2: en inglés... ¡seguro que habla inglés!

Todas miramos fijamente al tipo, como si en la cara llevara escrito si es angloparlante...

Goethita (a la defensiva): ¿y quién se lo va a explicar, eh? (a pesar de que mi inglés es una mierder y de que soy übertímida, llevaba todo el puñetero viaje hablando yo. Imaginaos cómo eran las otras dos...)

Amiga 1: Bueno, si no se lo explicas vas a tener que subir otra vez por las escaleras de rejilla y sin tabica.... (¡será hija de ****! ¡Me está amenazando!)

Amiga 2: Y ahora hay más viento... (¡QUÉ C*BR*N*S!)

Goethita: ¡Ni hablar! ¡Para no subir de nuevo haré CUALQUIER COSA! ¡Incluso PAGAR!

Goethita: ¡Si hace falta ME PROSTITUYO!

Ascensorista (en perfecto español y descojonado): ¿Queríais subir y os habéis equivocado de ascensor?

Qué perspicaz. Y digo yo ¿no podía haberlo preguntado hace un ratito?

PS: Queridos amigos, JAMÁS habléis de vosotros mismos en tercera persona, es super hortera y nada cool. ¡De nada! :)

PPS: el ascensorista permitió a las tres jovencitas subir en el ascensor sin pagar. Goethita no tuvo que prostituirse (en esa ocasión). Amiga 1 se casó, tuvo un niño y se divorció (no se sabe hasta qué punto esta historia influyó en su decisión). Amiga 2 se marchó a Australia a vivir la vida durante un par de meses. Ahora sobrevive como soldado de fortuna.





lunes, 11 de marzo de 2013

Cualquier tiempo pasado fue mejor. O por lo menos sus vaqueros.

 INTRODUCCIÓN NOSTÁLGICA (Ains, qué tiempos)

Aún recuerdo cuando los vaqueros eran rígidos, duros e inflexibles y yo, como buena adolescente lers, me empeñaba en comprarme los más ajustados que encontraba. Claro, luego abrochárselos era una hazaña digna de dioses. Y ya no digamos sentarse o por ejemplo, subirse al autobús. Sí, sí, que ahora los buses son bajitos e incluso se inclinan para facilitar el acceso, pero antes había que tener la agilidad de una cabra del himalaya (capra falconeri) para conseguir trepar hasta ellos sin matarte.

Hola, soy una capra falconeri y soy famosa. ¡Salgo en la wiki!


DESARROLLO DE "LA ACCIÓN" (Nuestra sexi protagonista y su ropita)

Pues bien, el otro día me compré unos vaqueros. Me parecieron DEMASIADO ajustados (¿es necesario que parezcan una segunda piel y no disimulen ni un mísero defectillo? No es que yo tenga defectos, claro, lo digo por las otras, las pobres imperfectas. Por ellas. Sí. CLARO) Bueno, decía que como tampoco me entusiasmaba la idea de ir embutida cual morcilla (¡¡¡ahh, la bendición de la edad!!! que hace que pases de todo) decidí comprarme una talla 36 en vez de una 34 que es la que uso habitualmente.

Me he subido al tren absolutamente divina. Me he sentado. He cotilleado. He escuchado conversaciones ajenas, y al bajarme, mi fantástico pantalón estaba COMPLETAMENTE dado de sí, lleno de arrugas y bolsas por todas partes. Y medio colgón. Sí, amigos, medio colgón, llevo un pantalón "cagao" como los modernos. 
Pero ¿de qué p*t* m**rd* hacen ahora los vaqueros?